Carrer Historiador Palau, 1
Dénia, Alicante, España
Tel. 673 740 595
www.miquelruizcuiner.com
El bar que no quiere estrella
En un mundo cada vez más franquiciado e inundado por cadenas de restaurantes, por cocineros, casi “instagramers” más preocupados por el postureo y el número de “likes”, por locales que levantan la persiana ansiando conseguir una estrella… todavía quedan sitios en los que lo más importante es el trato humano, el contacto directo con el cliente.
Miquel Ruiz es uno de los mejores cocineros de la Comunitat Valenciana. Eso es así y punto.
Y además, es uno de esos cocineros que decidió renunciar al galardón más importante de la famosa guía roja. La estrella Michelín. Como ya dijera Julio Biosca (otro ex estrellado de la zona) “quizá el problema no sea la guía, sino el mundo que la rodea”. Y es que volvemos al principio, ¿cómo afecta este mundo de postureo a la gastronomía actual?
Soy una persona que ama comer, disfruto cocinando y me encanta descubrir sitios nuevos, no importa el número de estrellas, ni la posición de los “50 Best”. Voy donde como bien y repito donde me tratan mejor. He tenido la suerte de disfrutar de algunos de los mejores restaurantes del Mundo, y más de una vez las expectativas han estado por encima del resultado final. Aún así, considero que las calificaciones pese a ser muy subjetivas, están bien, y que conseguir ciertos reconocimientos no debe ser nada fácil, mucho menos mantenerlos [véase Bernard Loiseau].
Para Miquel, la estrella no era vida, así que decidió refugiarse junto a su mujer Puri en Denia, en un bar de pueblo. Y es ahí donde saca todo su potencial como chef, una cocina verdadera, sin trampa ni cartón, con producto local y proveedores de la zona. Está tranquilo, sin presión y eso se nota. Disfruta de sus amigos, sus vecinos, las mujeres de Jesús Pobre y sus Recetas de la Memoria.
El Baret es el mejor sitio relación calidad-precio de Dénia. Disfrutar de elaboraciones y emplatados de altísimo nivel sabiendo que no te van a sacar los cuartos es un plus hoy en día. Su famoso pastisset de hígado de pato y boniato o su buñuelo de bacalao son dos maneras de empezar el homenaje.
La carta cambia a menudo, y se agradece. “Un domingo en el Riu-Rau de Jesús Pobre” es una buena forma de probar la verdura local, la fideua de estrellas con sepionet… jamás olvidaré ese pulpo seco con boniato asado que probé hace unos meses. Ese boniato sigue en la memoria. Al igual que la coca mullador.
Sigo pensando que Miquel se desenvuelve mejor con el producto de mar que con la carne. Aún no he encontrado un plato de carne que llame mi atención, esta última vez, la coca de níscalos y tira de costillar me dejo indiferente. Mucha cosa, mucha mezcla pero no me dice nada. Aún así, siempre encuentras algo, básico pero sorprendente.
Próximamente abrirá un nuevo local justo enfrente del actual, más informal (más aún), más tipo vermutería para el aperitivo. Yo ya tengo claro donde tomaré la cerveza antes de disfrutar de su cocina. Necesitamos más bares, más barets de Miquel.
Lo mejor: Comida de muy alto nivel
Lo mejorable: El apartado carnívoro
Lo peor: Depender de las reservas online
El Baret de Miquel
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