Bar Mistela

Carrer de Riu Nervión, 11
Valencia, España
Tel. 961 055 241
www.barmistela.com

El popular de la clase

Mistela es ese bar que sin destacar en nada, lo ha petado en todo, desde el primer día. Es como el niño ese del colegio que sin ser el más guapo, ni el más inteligente, todo el mundo le quiere, no se lleva mal con nadie y todas las chicas quieren compartir una tarde con él.

¿Su fórmula? Abre todos los días, y a todas horas. Es enorme, tiene todas las terrazas que quieras, tiene una carta jodidamente extensa, con platos para todos los gustos, además de menú a mediodía, desayuno, “almorçaret”, picoteo entre horas, la hora del aperitivo, del tardeo… y todo ello, a un precio muy ajustado. Es como encontrarte un 7eleven en mitad del Gobi. ¡Que no acabe teniendo opción Pub en cuanto se levante el estado de alarma!

Además, seamos sinceros, Mistela ha abierto en un barrio donde costaba la vida encontrar un sitio decente para comer o cenar. De hecho, por los alrededores, su competencia es cero. Uno de los artífices de todo esto fue Sergio Giraldo (La Sastrería), quien también lo ha petado con su actual restaurante del Cabanyal.

Pero claro, el niño al que todo el mundo quiere, cuando llega el día del examen, y los platos salen a la mesa, lo aprueba todo pero nunca saca notazas. Y es que pidas lo que pidas, todo está bien pero nada es excelente. Buenas bravas, buenas croquetas, buenos montaditos, buenas frituras… no están mal los arroces, tampoco las brasas… en definitiva, todo es correcto. ¿Qué cojones pasa entonces?

Pues lo primero, es el servicio. Puedes llegar a coincidir con el camarero más agradable del mundo o con el más sieso en un mismo día. Además, es incomprensible atender un local tan grande con tan poca gente y más en pleno apogeo. Durante la hora del desayuno, son capaces de levantarte de tu mesa (una vez atendido), para cambiarte a otra que se les haya quedado vacía y les apañe mejor por si viene un grupo mayor. También puedes hacer una reserva y como no hay sitio dentro te toque comer fuera, pero ver cómo llega una pareja sin reserva y en tus narices, oír que pueden elegir fuera o dentro. Ahí es cuando llamas al encargado, y blablabla, anulación de reserva justo al sentarme yo y mesa libre en el interior para los recién llegados. Estas mierdas me ponen negro.

Lo segundo, y más llamativo es la velocidad con la que salen los platos de cocina. Y escúchame, cuando digo rápido, hablo de que serías incapaz ahora mismo de decirme un restaurante chino de tu barrio que llene la mesa con todo lo pedido a la misma velocidad que en un pit stop. Ay, si el 5G hubiera salido de esa cocina…

A lo que vamos. Bar Mistela no te va a cambiar la vida, ni mucho menos, pero si estás por la zona, no te compliques, no hay mucho más, y ésta es la mejor opción, busques lo que busques y sea la hora que sea. Eso sí, reserva con tiempo, revisa las horas, pues aquí he llegado a ver hasta tres turnos de cena (no es un error) y encima es un local apto para todos los públicos y todos los bolsillos.

Por cierto, he visto a Quique Barella en cocina… ¿será este el “punch” que necesita Mistela para dejar de ser un bar y convertirse en un Bar?

Lo mejor: El concepto en un barrio falto de
Lo mejorable: Poder morir por comer en 12 minutos
Lo peor: Quien mucho abarca, poco aprieta

Bar Mistela
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